América Latina de lo general a lo sub-regional.
Actualmente en América Latina hay una gran diversidad de proyectos de integración económica. Pero esta concurrencia de proyectos no es un fenómeno que se verifique solamente a nivel regional, sino que además existe a nivel subregional. Este es el caso, por ejemplo, de América Central.
Los fracasos de los nuevos procesos de integración de la región han dado lugar a modelos alternativos de integración. Dicho de otro modo, la imposibilidad de reagrupar a todos los países latinoamericanos ha provocado la aparición de procesos subregionales de integración que prevén la unificación económica que culminaría con la adopción de una moneda única. Los dos procesos de integración de carácter general más importantes, pero que no tuvieron éxito, han sido la desaparecida Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (1960), así como, la Asociación Latinoamericana de Integración que reemplazó a la primera (1980).
No es sino a escala subregional en donde los esfuerzos de integración más notables han tenido lugar. Existen iniciativas de integración económica en cuatro subregiones latinoamericanas: en América Central, en la subregión andina, en el cono sur formado por los países del MERCOSUR, así como, en el Caribe.
Integración en América Central
El proceso de integración económica en América Central se remonta a la época colonial. Recordemos que de 1823 a 1839 las naciones de América Central habían decidido constituir una República Federal. No obstante, este proceso hubo de ser interrumpido en varias ocasiones desde aquella época y hasta nuestros días. Recordemos también los conflictos de violencia entre Honduras y el Salvador en 1969, o peor aún, los conflictos armados en los años 1980 entre el Salvador, Nicaragua y Guatemala, dirimidos por el Acuerdo de Esquipulas II, Tratado de paz suscrito por los gobiernos centroamericanos en 1987. Luego de este Acuerdo los esfuerzos por la integración de la región han sido retomados con éxito hasta hoy.
La ODECA
A pesar de las guerras, es notable la influencia de la existencia anticipada de un pensamiento integracionista en esta región. Ya en los años 1959 América Central dio origen a un proceso de integración importante con la creación de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA). El 14 de octubre de 1951 los gobiernos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua suscribieron la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos. En efecto, este instrumento mejor conocido como la Carta de San Salvador consideraba que las Repúblicas no eran sino partes separadas de una misma nación. Pero la ODECA continuaba siendo un órgano de consultas interregional y de resolución de conflictos. Esta Organización tenía por objetivo la promoción del desarrollo económico, social y cultural mediante la cooperación entre los Estados. El artículo 4 de la Carta de San Salvador de 1951 preveía la creación de algunos órganos tales como una Oficina Centroamericana, así como, un Consejo Económico. Las atribuciones del Consejo Económico eran decididas por la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores, el órgano principal de la Organización.
Pero el objeto de la Carta de San Salvador sería afianzado y dotado de mayor claridad en el año 1962 cuando los gobiernos de América Central deciden sustituir la Carta de 1951 por una nueva Carta de la Organización de Estados Centroamericanos. Hacía falta un instrumento más eficaz capaz de garantizar un proceso de expansión industrial en la región que era considerada entonces como una «comunidad económica y política», según la Carta de 1962.
Este instrumento aumentaría el número de órganos ya creados en 1951 al tiempo que los dotaba de un carácter integracionista. Así, el artículo 4 de la Carta de 1962 establece la creación de la Reunión de Jefes de Estado, La Conferencia de Ministros de Relaciones Extranjeras, el Consejo Ejecutivo, el Consejo de Defensa Centroamericano, el Consejo de la Cultura y de la Educación, así como, el Consejo Legislativo, el Consejo Económico Centroamericano y la Corte de Justicia Centroamericana. Esta vez, el objeto del Consejo Económico Centroamericano estaría claramente señalado por el artículo 17 de la Carta. Este tiene por objeto la planificación, coordinación y realización de la integración económica centroamericana. Está integrado por los ministros de Economía de cada uno de los países miembros. Las atribuciones del Consejo Legislativo no eran menos interesantes puesto que tenía por misión poner en marcha un proceso de unificación de las legislaciones de los Estados de América Central (Art. 10).
Creación del Banco Centroamericano de Integración Económica
Uno de los acontecimientos más importantes de ese proceso luego de la adopción de la nueva Carta de la ODECA en 1962 ha sido la promoción del Banco Centroamericano de Integración Económica. Este Banco, ha sido fundado el 13 de diciembre de 1969 por medio del Tratado General de Integración Económica Centroamericana en su artículo XVIII a los fines de promover la integración económica y el desarrollo económico y social equilibrado de los países miembros. Los miembros asociados fundadores son Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, y Costa Rica. En los años 1980 se adhirieron México, Taiwán, Argentina, Colombia; luego en 2005 España, y Belice en 2006 en tanto que miembro beneficiario; y en 2007, finalmente, Panamá y la República Dominicana bajo el estatus de países beneficiarios del BCIE. La creación de este Banco constituye un paso de gran importancia para la sub-región; en la actualidad este Banco constituye la principal fuente de financiamientos de América Central.
El Sistema de Integración Centroamericana (SICA)
La Carta de la Organización de Estados Centroamericanos sería modificada en 1991. En efecto, el 13 de diciembre de este mismo año es suscrito el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos. Este instrumento jurídico que procura una actualización del marco jurídico de la ODECA, ha dado origen al Sistema de Integración Centroamericana (SICA). La diferencia fundamental entre la antigua organización y el nuevo Sistema es la autonomía funcional (Art. 8) de la estructura institucional, lo que va a asegurar la continuidad del proceso de integración.
El Sistema de Integración Centroamericana prevé, tal y como la ODECA, la realización de una unión económica, así como, la consolidación del sistema financiero de la sub-región de América Central. Del mismo modo, ese Sistema está llamado a fundarse sobre un marco institucional y jurídico (Art. 3. b, j.).
¿Una moneda única para Centroamérica?
Una vez más, el proceso de integración en esta subregión experimentaría un nuevo cambio. El 29 de Octubre de 1993 los gobiernos de Costa Rica, de El Salvador, de Guatemala, de Honduras, de Nicaragua y de Panamá deciden suscribir un Protocolo de Integración Económica Centroamericana. Este acuerdo, mejor conocido como Protocolo de Guatemala, prevé la unión monetaria de América Central. En efecto, el referido texto considera que la integración económica constituye un «Sub-sistema» colocado en el interior del Sistema de Integración Centroamericana que prevé una integración «global». En consecuencia, era necesario, según el preámbulo del Protocolo de Guatemala, proceder a una nueva adaptación de las normas a la realidad y a las necesidades actuales del proceso de integración. Esta nueva adaptación ha sido orientada hacia el establecimiento y la consolidación del «Sub-sistema de Integración Económica Centroamericano».
El capítulo primero del Título III del Protocolo de Guatemala se intitula «El perfeccionamiento de los diferentes estadios del proceso de integración económica»; cinco estadios son comprendidos a nivel sub-regional; en primer lugar la zona de libre comercio, en segundo lugar las relaciones comerciales exteriores, en tercer lugar la unión aduanera, en cuarto lugar la movilidad de los factores productivos, y finalmente, en quinto lugar la integración monetaria y financiera centroamericana.
La República Dominicana, desde el año 2003, participa como Estado asociado dentro del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Pronto adoptará la calidad de Miembro de pleno derecho del SICA, lo que nos permitirá explorar nuevos horizontes económicos y políticos.
Por: Daniel Beltré Acosta y Patricia Cantisano