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Día de la Libertad de Prensa [e información]

El 3 de mayo se conmemora no solamente la Libertad de prensa, sino además la libertad de información. Es natural que así sea pues se trata de dos piezas de un mismo cuerpo. No es posible transmitir libremente la información si se obstaculiza el acceso a ella, lo que también es una forma moderna de ejercer la violencia.

La discriminación es un recurso muy sofisticado que el poder político sabe usar cada vez con mayor destreza en tiempos modernos.

Se ha dicho que al menos dos acontecimientos se encuentran en la base de la celebración de este día: 1) la proclamación de la primera Ley de libertad de información del mundo, del entonces Reino de Suecia, hace 250 años; y 2) la Declaración de Windhoek sobre libertad de prensa, suscrita por un grupo de periodistas en África, Namibia en el año 1991.

No obstante, desde mi punto de vista hay otro gran acontecimiento que se coloca en las cimientes de este importante derecho que hoy conmemoramos: la Declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789 que, en su artículo primero, consagra el derecho a la libertad y a la igualdad. No es posible ser libres, sin igualdad; y la discriminación es un recurso muy sofisticado que el poder político sabe usar cada vez con mayor destreza en tiempos modernos. Discriminación y libertad de información es sin duda un tema clave.

La libertad de expresión y la libertad a recibir información son derechos fundamentales; así están consagrados en la Constitución dominicana, sin embargo, hoy continúan siendo seriamente amenazados por el poder político y sus raíces en el sistema de partidos. Ante tal amenaza, lo mismo procuran hacer quienes ostentan poder económico. Esta dinámica no ha encontrado el soporte de equilibrio que podrían otorgar elementos como la institucionalidad o el respeto a la ley. De ahí el gran caos.

El rango de derecho fundamental que otorga la Constitución a la Libertad de información y de expresión, sin dudas, no se encuentra materializado.

Es fundamental promover nuevas reflexiones al respecto. Los ataques a la prensa han pasado de los proyectiles al dinero, de la sangre a la fortuna; del obscurantismo de la información a la falsa propaganda y a la desinformación. La rendición de cuentas es un ejercicio totalmente viciado, en el que los detentadores del poder construyen por sí mismos la información ante una ciudadanía abrumada que tiene pocos recursos para lograr recibirla de manera organizada, sistemática y transparente.

¿Qué hacer? Urge promover nuevas plataformas de comunicación e incentivar la inversión en proyectos de periodismo independiente. Esto ayudaría a equilibrar el peso de las mismas voces que son escuchadas desde hace décadas con cantaletas similares; además contribuiría con el fortalecimiento de nuevas y vigorosas herramientas dispuestas a descubrir la información que una clase política rancia se empeña constantemente en ocultar. Es prioritario fortalecer la Ley de acceso a la información pública, de manera que los actores del sistema judicial no puedan eludir las sanciones que prevén las leyes y la Constitución para sus violadores. El rango de derecho fundamental que otorga la Constitución a la Libertad de información y de expresión, sin dudas, no se encuentra materializado.

Por: Daniel Beltré Acosta y Patricia Cantisano